Al igual que sucedió con Amazon o con empresas dedicadas a los productos de deporte, hostelería y cuidados en casa las máquinas de ozono han aumentado su demanda en un 200%.
Si ya eran tendencia en el confinamiento, ahora que estamos retomando la normalidad y que casi toda la población puede volver a su vida cotidiana, las empresas y los dueños de los establecimientos quieren proteger la salud de sus empleados y de sus clientes.
Por ello muchas empresas están buscando y solicitando información acerca de las medidas de seguridad que se encuentran a su alcance y, entre las más populares, se encuentran estas máquinas. Pero ¿por qué este boom con este producto?
Cuando nos referimos a máquinas de ozono hablamos de generadores de gas ozono, un agente físico-químico que se encuentra en la naturaleza y que tiene un alto poder desinfectante. Estos generadores existían ya, y se utilizaban en lugares como residencias u hospitales pero, hasta que la pandemia no nos obligó a quedarnos en nuestros hogares y a buscar soluciones, eran poco valoradas por el mercado minorista.
Su utilización se había centrado en hoteles, aguas residuales, depuradoras o en el consumo animal pero no había llegado a las viviendas del consumidor ni a los comercios a pie de calle.
Sin embargo, tras el plan de descalada anunciado por el Gobierno, la demanda online de los aparatos de ozono de algunas empresas se disparó más del 1.000% desde que empezase el estado de alarma.
Las empresas de ozono han visto triplicadas sus ventas en tan solo un mes y ya pequeños comercios como peluquerías, tiendas de ropa, comunidades de vecinos y las grandes superficies comerciales cuentan entre sus filas de limpieza y desinfección con un generador de ozono.
Una máquina universal
No en todos los negocios podemos disponer de un producto que sirva para limpiar todas las superficies y eliminar los gérmenes al 100%. A veces la limpieza manual no basta, sobre todo cuando hablamos de tejidos como cortinas, sillas o ropa. Productos eficaces como la lejía deben alejarse de este tipo de superficies ya que las dañan irremediablemente.
Los suelos, a diferencia de lo que pasa en nuestros hogares, se ven sometidos a las pisadas de cientos de clientes, por lo que no se pueden fregar cada media hora para desinfectarlos; de lo contrario se estropearían.
Sin contar que muchos pequeños comercios solamente tienen uno o dos trabajadores, los cuales tienen que atender a sus clientes y no dedicarse a limpiar y desinfectar constantemente.
Por eso, los comerciantes han encontrado la solución en las máquinas de ozono. Su funcionamiento es tan sencillo como encender un botón y apagarlo, no estropean las superficies y consiguen una desinfección total en un periodo mínimo de tiempo (más información).
Así, las primeras noticias que nos llegaban desde China es que las estaban usando para desinfectar autobuses y que el tiempo de desinfección se reducía de un día a una hora.
Con los generadores de ozono, productos tan delicados como las prendas de ropa, la tapicería de todos los comercios o la salud de los trabajadores (los productos de desinfección que se suelen usar son químicos) quedan a salvo.
Sus cualidades se fueron transmitiendo de boca a boca: su fácil manejo, la eficacia y su bajo coste han convertido a estas máquinas en un producto que desea casi el 100% de la población, tanto para sus negocios como para sus hogares.
Y seguramente no se trate de una moda pasajera, como sucede a menudo con otros productos ya que, además de ser eficaz contra el COVID-19, es un agente antibacteriano muy potente.